Whatsapp continua con su gestión de la intimidad
Whatsapp está pujando con gran fuerza por conseguirse en la app más polémica en cuestión de la gestión de la intimidad de cara a sus usuarios. El gran avance que consiguió para este cuestionable “mérito” es el doble check azul que informaba a los usuarios de que un mensaje había sido recibido y leído.
Obviamente, la función anterior de leer el mensaje y retrasar una contestación hasta el infinito posible era una alternativa que gustaba a cualquier usuario, pero la plasmación práctica de que el mensaje se había leído sin realizar contestación alguna supone una presión importante antes de abrir cada vez la aplicación, una vez se recibe notificaciones de nuevos mensajes.
Whatsapp salió al paso dando una solución extrema, que consiste en la eliminación de esta función. Ahora bien, si no se transmite una respuesta mediante doble check para comprobar el estado de lectura del mensaje, tampoco es posible leer esta misma funcionalidad de cara a los emisores independientemente de que ellos tengan o no activada esta función. En otras palabras, o lo usan todos o nadie.
Parece que los extremos no han sido bien recibidos por los usuarios y se ha desvelado un proyecto en desarrollo, en principio para iPhone, que permite gestionar la intimidad con un poco más de precisión. En este sentido, Whatsapp quiere dar la oportunidad al usuario de marcar como leído o como no leído los mensajes. Sin embargo, no aclara mucho más de esta nueva función que podría salir de forma escalable (como todas las anteriores) en los próximos meses.
La principal duda al respecto es ¿se transmitirá esta acción a los emisores? Es decir, si se marca un mensaje como no leído, ¿el emisor del mismo verá en su pantalla un aviso de que el mensaje no ha sido leído?
¿O en realidad se trata de una funcionalidad de organización interna, igual que con el correo electrónico, que permite al usuario marcar mensajes no leídos para trabajar con ellos más detenidamente en el futuro?
En todo caso es un paso más en la búsqueda de la rentabilidad por parte de Whatsapp, así como por tener contento al usuario. El problema es que cada movimiento que realizan los responsables de una de las apps de mensajería instantánea más descargada del mundo, es visto como una polémica y un atentado contra la intimidad. No obstante, el título y la reputación se lo han ganado a pulso.