Los jóvenes españoles quieren ser emprendedores

Según una reciente encuesta de la compañía Trivu los españoles de una edad comprendida entre los 18 y los 22 años sienten interés hacia el mundo del emprendimiento. Lejos de querer ser funcionarios como sí quisieron serlo sus padres, la tendencia entre los jóvenes de hoy es forjar su destino impulsando su propio negocio o trabajando en una gran empresa.

Así pues, los objetivos profesionales han cambiado de forma muy notoria en tan solo tres o cuatro décadas. Hoy en día los jóvenes contemplan como objetivo profesional la creación de su propia empresa (opción por la que se decantan el 34% de encuestados)  o el trabajo en una gran compañía.

Sin embargo, tan solo el 6% piensa en estos momentos encaminar sus pasos hacia la obtención de una plaza en la administración pública. Por otra parte, solo un 14% apostaría por un trabajo como freelance.

Además, un 4% de los españoles entre 18 y 22 años estima que en el plazo de unos diez años estará en el paro. Responsabilizan de ello a la educación que han recibido. Siete de cada diez jóvenes opinan que les gustaría aprender cómo es el mundo real, no el de la Universidad o el colegio. Y así lo manifiestan como respuesta a la pregunta de la encuesta “Qué te gustaría que te enseñaran?

Del conjunto de los encuestados, tan solo una cuarta parte se inclina por convertirse en experto en alguna materia concreta. Y hasta un 50% considera muy importante que los profesores de universidad que les dan clase pertenezcan de forma activa al mundo profesional. El porcentaje se eleva  hasta el 81% cuando afirman que prefieren las asignaturas que pueden aplicarse de forma efectiva al puesto laboral que posteriormente vayan a desempeñar.

Los resultados de esta encuesta demuestran que los jóvenes españoles tienen objetivos profesionales muy diferentes a los que manifestaron sus padres e incluso sus hermanos mayores. Con el paso del tiempo y la evolución de nuestra sociedad ha cambiado de forma radical nuestra forma de entender el trabajo, el tiempo libre y el ocio en apenas veinte o treinta años.

Las conclusiones de Trivu apuntan que estos cambios no se estancan, sino que siguen en evolución permanente, cada vez de una forma más vertiginosa. Lo cual requiere un gran esfuerzo por parte de las empresas y de la sociedad en su conjunto para entender los cambios en las formas de pensar, adaptarse a ellas y saber conectar con el público joven.