Las terapias alternativas causan cerca de 1.500 fallecimientos al año en España
La Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) ha elaborado un informe sobre fallecimientos debidos al uso de pseudoterapias en nuestro país.
Las conclusiones de este estudio revelan que cada año fallecen cerca de 1.500 personas en España por este motivo. Las prácticas no científicas y contrarias a la medicina convencional hacen que los enfermos abandonen los tratamientos médicos, con el correspondiente perjuicio para su salud, o bien los tratamientos llamados alternativos provoquen daños directos en el paciente.
La citada asociación avisa de que estas cifras son solo una aproximación, no se trata en absoluto de cifras oficiales, por lo cual pueden estar seriamente infraestimadas. De hecho, advierten de que nos podríamos encontrar solo con la punta del iceberg y que en realidad en España se darían muchos más casos de este tipo. Al parecer los estudios solo abarcan determinadas patologías y pseudoterapias.
No obstante, este informe constituye el primer intento serio de cuantificar un problema grave que afecta a la población. Solo atendiendo a casos de cáncer el estudio sostiene que podrían contarse 800 fallecidos al año por desechar tratamientos probados científicamente y acoger otros que no lo están.
La APETP también denuncia que no exista vigilancia por parte de ayuntamientos y gobiernos autonómicos al respeto de centros que tienen actividad sanitaria con oferta de terapias no validadas para enfermos de cáncer y otras patologías graves.
La estimación que realiza la asociación conjetura que hay hasta 18.000 centros en España que podrían estar incumpliendo la normativa. Asimismo, también alerta sobre registros de falsos profesionales sanitarios.
Existen diferentes colegios o asociaciones que se presentan como médicas y en realidad ni son colegios ni están compuestas por médicos ni por verdaderos profesionales sanitarios. En estos casos estos supuestos profesionales, al no ser profesionales sanitarios reglados, no tienen tampoco un seguro de responsabilidad civil. Así pues, los pacientes que contratan sus servicios se encuentran ante una auténtica estafa, un engaño en términos económicos y la posibilidad de sufrir daños físicos. Pero es que además carecen de la menor protección ante un tratamiento que no tiene la más mínima evidencia científica.
Recientemente, la IX Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología, presentada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, revelaba que cerca de dos millones de españoles reconocen haber utilizado pseudoterapias para tratarse alguna enfermedad.