El número de afiliados a la Seguridad Social recupera los niveles anteriores a la crisis

En el pasado mes de mayo el empleo creció en España con 211.752 nuevos cotizantes a la Seguridad Social y se quedó cerca de su máximo histórico, de acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo. Con 19,44 millones de afiliados el registro de este mes de mayo pisa los talones a los 19,49 alcanzados en julio de 2007.

Por su parte, el paro bajó en 84.075 personas y llega a rozar la cifra psicológica de los tres millones de desempleados.

El incremento de la afiliación fue generalizado. Tanto en el régimen general como en el de autónomos todas las ramas de actividad se han visto impulsadas. Como es habitual, especialmente en los meses de buen tiempo, la hostelería fue el sector que generó más empleos, llegando a incorporar 76.591 cotizantes más. En segundo lugar a mucha distancia, las tareas administrativas y servicios auxiliares generaron 23.157 empleados más.

También ha subido el número de autónomos durante el último año en un 0,5%, dejando la cifra global en 3,3 millones.

No obstante, a pesar de los datos positivos, se observa cierta desaceleración en el avance de la afiliación a la Seguridad Social, que ha sido menor a la de los últimos meses de mayo de los últimos dos años. Además, se ha situado por debajo de las expectativas de BBVA Research, que esperaba un crecimiento de 247.000 afiliados. Este desajuste con arreglo a las previsiones se explica desde la entidad por el hecho de que el número de cotizantes  ha crecido menos de lo esperado en todos los sectores no agrarios.

Hay que tener en cuenta que las altas a la Seguridad Social se han visto incrementadas en abril y mayo por  la entrada en vigor de la cotización a los cuidadores no profesionales.

Falta ver el comportamiento de los próximos meses: si el mercado laboral sigue ralentizando su crecimiento o si vuelve a recuperar el ritmo.

En cuanto al paro la recuperación (84.075 nuevos empleos) fue superior a la de mayo de 2018 y se concentró en el sector servicios con un descenso de 55.000 puestos de trabajo. La construcción recuperó 9.040 empleos y la industria 8.085.

A pesar de reconocer los datos, las críticas se centran sobre todo en que la mayoría del empleo creado es empleo precario que no tiene solidez de cara al futuro.