Philips no puede vender una de sus filiales por seguridad nacional

La empresa neerlandesa Philips es una de las más importantes del mundo en el sector electrónico, sin embargo sus planes estratégicos pasan por una evolución de su producción, que se va a centrar en tecnología médica. Esto supone para poder abarcar este gran reto vender algunas de sus filiales como las correspondientes a iluminación.

Todo parecía encaminado. Philips había iniciado unas negociaciones con GSR Ventures, de origen chino, para venderle por 2.800 millones de dólares la filial de la empresa Lumileds. El acuerdo se había efectuado y la compra es inminente, hasta que Estados Unidos se ha metido en medio y ha considerado que la venta de esta filial a una empresa china atenta contra la seguridad nacional.

El argumento presentado por el Comité de Inversión Extranjera de Estados Unidos es que el hecho de que una empresa china (y probablemente de casi cualquier otro país) sea la única poseedora de la toma de decisiones sobre Lumileds, atentaría contra la seguridad nacional, ya que tendría el control de la producción de luces de LED utilizadas en todo tipo de productos, desde automóviles hasta televisiones, pasando incluso por la telefonía móvil.

Además, no sólo controlaría las patentes en relación a esta producción, sino también del centro I+D (que además actúa como fábrica de producción propia) ubicada en California, algo que además de las connotaciones tecnológicas que implica, también afecta a todos los puestos de trabajo y experimentos en desarrollo del lugar.

Ante un problema de este tipo, en el que la seguridad estadounidense está teóricamente en una situación de peligro si se fragua la venta, Philips no ha tenido más opción que abortar la operación y GSR Ventures quedarse a las puertas de poseer una de las empresas de iluminación LED más importante del mundo.

La compañía vendedora mantiene su estrategia, ya que el hecho de que necesite vender filiales como Lumileds no significa que no pueda mantener sus objetivos respecto a los próximos años. Sin embargo, tal y como han anunciado a los medios de comunicación posteriormente, seguirán intentando encontrar compradores. No obstante, parece que Estados Unidos les ha acotado mucho el margen en el que se pueden mover. Salvo que no sea una empresa estadounidense, cualquier otra podría que controle la iluminación LED a esta escala puede ser un problema de seguridad nacional. Otra opción está la venta compartida a varias empresas, siendo una de ellas de Estados Unidos, para garantizar que se cubren las necesidades de seguridad de todas las partes implicadas.