Casi la mitad de los españoles recibe bulos y noticias falsas por internet todas las semanas
El 97% de la población española admite haber recibido cadenas de e-mail y mensajes de WhatsApp, noticias falsas sin autoría reconocida o directamente suplantada, que instaban a reenviar el mensaje a otros contactos.
El 44% de los españoles reconoce ser afectado por bulos de este tipo entre 1 y 5 veces a la semana.
Los expertos recomiendan no entrar en páginas de las que se desconfíe de su seguridad, no reenviar información falsa y ser muy precavidos a la hora de dar nuestros datos personales. Frecuentemente, los bulos que se propagan a través de la red tienen como temas principales la salud y alimentación, la tecnología, la economía, la política, ofertas falsas de trabajo, estafas de regalos, etc. Un 6,5% de los encuestados afirma haber sido estafado en la red.
A menudo los bulos se utilizan para transmitir a virus y cometer delitos informáticos. Los especialistas insisten en la prevención: no dar nuestro contacto si no conocemos a la persona y ser muy críticos con la información que se recibe, especialmente con la que sugiere compartir o enviar a todos los contactos.
Hoy en día los bulos o fakes se propagan a una velocidad vertiginosa a través de las redes sociales. Especialmente después de las últimas elecciones norteamericanas, Facebook y Google han intensificado el control de las denominadas “noticias falsas” o “fake news”.
Google ha advertido de que no dejará anunciarse a aquellas webs encargadas de la difusión de noticias falsas. Por su parte, Facebook ha incluido una serie de medidas que incluyen mejoras técnicas, verificaciones de terceros y potenciar la información de calidad, entre otras acciones que de momento solo se han implementado en Estados Unidos.
En esta era digital nadie está salvo de bulos y son muchas las empresas que se ven afectadas por noticias falsas o manipuladas que buscan causar daño y que muchas veces son lanzadas por antiguos trabajadores o clientes insatisfechos.
La situación ha llegado a un punto en el que han aparecido webs dedicadas a la validación de informaciones que se propagan y que clasifican estos rumores como “dudosos”, “ciertos, “falsos” o “imposibles de verificar” después de un concienzudo trabajo de contraste de la información. Por ejemplo, la web Snopes.
Poco a poco todos aprendemos a diferenciar la información y a reconocer las fuentes de confianza o de cuáles hay que desconfiar dentro de las redes sociales.