El crowdlending ha movido más de 100 millones de euros en España desde 2014
Se conoce como “Crowdlending” a la financiación de una empresa, proyectos o personas por parte de numerosos inversores, en lugar de hacerlo con uno solo o un número limitado de los mismos. Con este innovador modelo se consigue el respaldo de la comunidad financiera sin necesidad de tener que acudir a los servicios de un banco u otra entidad financiera tradicional.
En realidad no es más que una forma de crowdfunding o micromecenazgo, un modelo aparecido en los años 90 para la financiación de proyectos musicales que rápidamente se extendió a otros sectores. El crecimiento de este fenómeno se debe, sobre todo, al desarrollo de las tecnologías online, la popularidad de las redes sociales y otras comunidades de internautas, la sofisticación creciente de los inversores y la demanda por parte de estos de alternativas más económicas, éticas y transparentes a los productos y servicios financieros tradicionales.
En los últimos tres años las plataformas de Crowdlending han gestionado en España más de 103 millones de euros. El 43% ha sido dedicado a la financiación de empresas. En nuestro país el Crowdlending empresarial tiene más implantación que el que se destina a particulares, al contrario de lo que ocurre en el resto de Europa.
Sin embargo a la hora de examinar el importe medio de las operaciones, el caso español no resiste la comparación con el de nuestros vecinos europeos. Mientras que en España la media oscila en torno a los 24.868 euros, la europea es muy superior: se sitúa en 100.000 euros. Lo cierto es que esta diferencia tiene una causa muy clara en la limitación de la ley española, que establece que los inversores particulares no acreditados no pueden superar el préstamo de 3.000 euros en cada operación, ni más de un total de 10.000 euros al año en el conjunto de las plataformas.
En cualquier caso, aunque muy lejos de las cifras que lideran la clasificación, España es el quinto país europeo por volumen en esta forma de financiación alternativa. En primer lugar figura Reino Unido, que en 2015 invirtió en empresas ni más ni menos que 4.400 millones de euros invertidos. Le sigue Francia con unas cifras sensiblemente inferiores en torno a los 319 millones de euros. A continuación Alemania con 249 millones de euros y Países Bajos con 111 millones de euros. Las cifras globales de este mercado en toda Europa llegaron a los 5.431 millones de euros en 2015.