España suspendida en flexibilidad laboral

Según el estudio “El trabajador del futuro: Evolución del puesto de trabajo en la era de la transformación digital”, España es uno de los países en los que, por el momento, la flexibilidad laboral ha conseguido menor implantación.

El concepto de flexibilidad laboral incluye conceptos como los horarios flexibles, horarios reducidos, semanas laborales comprimidas y teletrabajo, que están orientadas a la conciliación o la compatibilización de la vida personal con la profesional.

El estudio revela un par de conclusiones contrapuestas curiosas: por un lado, España es uno de los países en los que sus empleados expresan más satisfacción con respecto a las empresas con las que trabajan, y por otro, es uno de los países que se destacan por tener una visión más conservadora de los Recursos Humanos.

Este estudio ha sido encargado por las compañías  Cornerstone OnDemand e IDC. Sus conclusiones ponen de relieve que la transformación digital, además de cambiar la cultura corporativa y la tecnología en las empresas, está cambiando también los procesos de trabajo de los asalariados. De esta forma, la gestión de Recursos Humanos está digitalizándose y en el seno de las empresas existe una demanda de entornos de colaboración flexibles.

La flexibilidad laboral se relaciona con la lealtad del empleado hacia la empresa y la felicidad laboral. Aunque en pleno auge en otros países, es todavía una práctica poco acostumbrada en España, pese a que es uno de los países europeos que cuenta con más sistemas de TI habilitados para dispositivos táctiles, mesas de trabajo flexibles, espacios de trabajo abiertos, etc., circunstancias que podrían favorecer dicha flexibilidad.

En el citado estudio el 65% de los empleados encuestados en España  afirma que el trabajo flexible sí está permitido en sus empresas, aunque sólo un 13% trabaja más del 50% de su jornada laboral desde su propia casa.

En líneas generales, las empresas españolas suspenden en aspectos básicos para conseguir instaurar una flexibilidad laboral, como la aceptación del trabajo desde el hogar, la aceptación de la movilidad interna de los empleados y el soporte de TI en remoto.

Los autores del estudio señalan que en España existe la teoría pero no la práctica y que el trabajo flexible sigue siendo una asignatura pendiente. Lo cierto es que los propios directivos son los que no apoyan esa flexibilidad, ya que no consideran que tengan valor, siguen anclados al modelo tradicional.

No obstante, el enfoque conservador del empresario y el directivo español se encuentra en proceso de revisión, un proceso que llevaría a otorgar a los Recursos Humanos un papel estratégico dentro de las empresas y a instaurar una cultura de flexibilidad laboral en su seno.