El gasto social español se sitúa por debajo de la media europea
Mientras que España invierte el 24,7% de su PIB (Producto Interior Bruto) a medidas destinadas a la protección social, en el resto de la Unión Europea se invierte de media en este gasto el 29% de su PIB.
Sin embargo, hay que hacer notar que el gasto social de los países miembros de la Unión Europea está bastante estancado desde aproximadamente el año 2010. En siete años, entre 2008 y 2015 sólo ha sido capaz de subir apenas 4 décimas, del 28,6 al 29%.
Estos datos han sido difundidos recientemente por Eurostat, que muestra la existencia de grandes desigualdades en el gasto social entre los países. Por ejemplo, mientras Francia invierte el 34% de su PIB a cuestiones como las pensiones, el desempleo, prestaciones familiares, exclusión social, dependencia, atención a la infancia, otros países como Rumanía o Lituania destinan tan solo un 15% de su PIB.
España destina casi 5 puntos menos a estas materias que la media del resto de sus socios europeos. Incluso Portugal y Grecia superan a España en este gasto. Alemania, Dinamarca, Bélgica y otros destinan aproximadamente un tercio de su PIB a este tipo de gasto.
Si el indicador que se toma es el gasto en protección social per cápita, España también sale mal parada con sus 6.300 euros invertidos en paridad de poder de compra comparados con los 10.800 que destina Francia o los 8.200 que invierte Italia. Y muy lejos de los casi 12.000 de Noruega y Dinamarca y de los 15.000 euros que gasta Luxemburgo en protección social per cápita.
Según Eurostat estas grandes diferencias reflejan una gran disparidad en los que son los niveles de vida de cada país pero también dejan constancia de la enorme diversidad de sistemas de protección y de estructuras de cada Estado.
Según la media de la Unión Europea son las pensiones la partida que más gasto se lleva de todas las que se destinan, con un 45,2%, casi la mitad de la inversión en gasto social. La dependencia recibe un 37,3% del gasto. La inversión en infancia se queda en un 8,6% del total, el desempleo en un 4,8% y la vivienda y exclusión social en un 4,1%.
En el caso español la prioridad es la Tercera Edad, que se lleva el 49,8% del total invertido en gasto social, superando a Sanidad, cuidados médicos y discapacidad, que reciben el 34,5% del total.