La producción propia se convierte en lanza de batalla de las televisiones

Las televisiones de pago y las plataformas de streaming ven la segunda mitad de esta década como una oportunidad única para afianzarse en el sector de las telecomunicaciones, tras unos años en los que se preveía una decadencia continúa tanto a nivel de contenido como, consecuentemente, de ingresos.

Parte de esta evolución la ha permitido la fibra óptica y la propia evolución de Internet y de las televisiones inteligentes, por no hablar de los móviles como plataforma de emisión de contenidos audiovisuales.

La guerra por el sector de la televisión de pago (ya sea casi tradicional como mediante el sistema de streaming) ha motivado una pugna que beneficia claramente a los usuarios con unos precios cada vez más asequibles y unos contenidos de mayor calidad.

Una de las empresas pioneras en este tema ha sido Netflix. La compañía estadounidense de emisión de contenidos audiovisuales, principalmente series y películas, probó suerte con la producción de series propias. Nació House of Cards y un sinfín de premios categorizaron la serie como uno de los mejores dramas políticos con tintes de thriller creado jamás en toda la historia de la televisión.

Además de la crítica, los usuarios de Netflix se volcaron con la serie, generando de esta forma legiones de fans en todo el mundo. Lo que la empresa hizo sin que la competencia se percatara de ello antes es utilizar una estrategia de Big Data con sus suscriptores, para conocer sus gustos y poder desarrollar algo a medida de lo que sus espectadores suelen ver apasionadamente. La fórmula se ha repetido posteriormente con otras series de distintos géneros y el éxito se ha ido repitiendo una y otra vez.

HBO, cuyos planes de entrar en España esperan consolidarse a lo largo del primer trimestre de 2016, también fue una de las primeras en aprovechar la producción propia para superar a la competencia. Series como Los Soprano o Juego de Tronos han enamorado a distintas generaciones de una forma casi fanática. En la actualidad, la empresa aprovecha la producción propia para decidir dónde invertir en emisiones por alquiler a empresas de telecomunicaciones de otros países, entre ellos España, pues salvo la propia HBO ninguna plataforma tiene permitido emitir todas sus creaciones audiovisuales.

En territorio español, Telefónica ha anunciado la producción propia como estrategia a corto plazo durante los próximos años con el fin también de aprovechar el conocimiento de sus suscriptores a Movistar+ y también de aprovechar al máximo los ingresos. El próximo proyecto será la serie Peste, que contará con el director Alberto Rodríguez (La isla mínima) y que será la primera de al menos una decena de producciones propias previstas.