Volkswagen anuncia los primeros recortes
Los meses venideros, por no hablar de años, van a ser cuanto menos convulsos para Volkswagen tras la demostración práctica del fraude en el sistema de emisiones de algunos de sus vehículos. La empresa, en una dura batalla por mantener a flote su reputación internacional, sigue negociando toda clase de multas, sanciones e indemnizaciones para salir al paso.
Una buena estrategia ha sido la de anunciar todas las futuras inversiones a corto plazo, basadas sobre todo en los sistemas tecnológicos de los vehículos, más que en nuevas motorizaciones o extravagantes creaciones. La empresa alemana debe dejar claro a todo el mundo (compradores, inversores, medios de comunicación, etc.) que su principal objetivo de cara a sus futuras fabricaciones de vehículos se centra en evitar que vuelva a suceder un episodio similar y, de hecho, que debe situarse en la vanguardia de investigación y desarrollo para ofrecer los mejores coches del mundo, desde el punto de vista tecnológico, de consumo y medioambiental.
Pero algunas cosas son inevitables y los analistas han cuantificado las pérdidas económicas en hasta 40.000 millones de euros entre todos los costes que la compañía debe afrontar para reparar la situación actual. Como es lógico, pese al anuncio de nuevas inversiones está claro que algunas ya programadas deberán cancelarse o posponerse. En este sentido, Volkswagen ya ha confirmado una reducción de, por lo menos, 1.000 millones de euros en 2016.
Algunos de los proyectos afectados por esta reducción en la inversión son el centro de diseño en la central en Wolfsburg (Alemania), la producción del próximo vehículo totalmente eléctrico o un taller de pintura planificado para México.
Sin embargo, aunque los responsables de Volkswagen aseguran que no van a ahorrar, sino a invertir para revertir la situación, lo cierto es que los 40.000 millones de euros de costes no suponen la única preocupación actual para la empresa.
Las ventas de la compañía siguen en caída libre, lo que invariablemente supone un descenso de los pronósticos de beneficios para el presente año bastante importante. Por fuerza esto supondrá una menor capacidad económica de la empresa de cara a un futuro a corto (y posiblemente medio) plazo.
Respecto a cómo Volkswagen actuará en España, sigue siendo una incógnita. La próxima semana sindicatos, Gobierno y agentes de la compañía se reunirán por primera vez todos al mismo tiempo con el fin de afrontar la situación en lo que respecto a las inversiones planificadas de Volkswagen en el país.